Dispositivo luminoso de comunicación y seguridad para bicicletas
Año: 2015
Autores: Paloma Oliveira y Mateus Knelsen
Exhibido en:
– Exposición de trabajos de la residencia Red Bull Station Basement. Curaduria Gisela Domschke
– Desdoblamiento. Exposición Aproximadamente 800cm³ de PLA. Curaduria Gabriel Menotti

Bicilumen pretende ser una plataforma de encuentro y sociabilidad entre los ciclistas, proporcionando una experiencia estética desde el paseo por la ciudad. Bicilumen busca fomentar el debate sobre las bicicletas como vehículos transformadores de experiencia de la ciudad, no sólo en el contexto de la ciudadanía y el desplazamiento urbano, sino también como plataformas potenciales para otras experiencias estéticas y sensoriales del movimiento. El trabajo nace de la metáfora del ciclista como luciérnaga para pensar en la bicicleta como un cuerpo comunicativo. Podemos pensar en las formas de comunicación entre estos organismos que proporcionan a los ciclistas una experiencia única de sociabilidad, expresión, sensorialidad y seguridad. Estamos desarrollando un dispositivo electrónico digital luminoso capaz de emitir luz de diferentes colores y frecuencias, equipado con un algoritmo que genere patrones únicos de comportamiento para cada «ciclista-luciérnaga» y reaccionar a la presencia o proximidad, aprendizaje de diferentes patrones de comunicación con estos otros organismos.

Cuando la residencia Basement, propuesta por el Red Bull Station, realizó una convocatoria por proyectos propositivos de maneras de “hackear” São Paulo, para encontrar nuevas ideas para los problemas crónicos de la ciudad, Mateus Knelsen y yo pensamos inmediatamente en trabajar con bicicletas. En aquél momento en 2015, la bicicleta estaba en el centro de los debates políticos y sociales, ya que el entonces jefe de gobierno Fernando Haddad estaba implementando varios nuevos kilómetros de ciclovías exclusivas en la ciudad, rompiendo con una larga historia del urbanismo paulistano orientado al automóvil. Empezamos entonces a investigar un poco sobre el contexto social en que la bicicleta se encontraba, para enterarnos de los problemas con los cuales los ciclistas estaban enfrentando.

Fue entonces que nos deparamos con números sorprendentes e incluso alarmantes. Sólo un 6% de los ciclistas de São Paulo eran mujeres, y sólo un 17,5% de los ciclistas tenía 25 años o menos (de acuerdo con la investigación realizada por Ciclocidade, una asociación de ciclistas urbanos de São Paulo). Esses números sugerían que las personas no se sienten seguras en una bicicleta por la ciudad, especialmente aquellas que se encuadran en perfiles estadísticamente más expuestos a la violencia.
Así empezamos a trabajar con el diseño de un dispositivo que propusiera más seguridad a las personas sobre dos ruedas, especialmente aquellas que no andan en grupos y se sienten amenazadas por los peligros de las calles. Para ello, hicimos una investigación sobre el comportamiento de las luciérnagas. La noche, por supuesto, es el período más complicado para el traslado en bicicleta. Para hacerse visibles e iluminar su camino, los ciclistas usan de dispositivos que emiten luz. ¿Que tipo de mejoras se podrían proponer a estas linternas y similares, teniendo en cuenta el comportamiento de luciérnagas? ¿Se podría pensar en este tipo de dispositivo, más allá de las preocupaciones de seguridad, como una herramienta para la comunicación y expresión entre los individuos de la comunidad de ciclistas?

Estas cuestiones nos hicieron concluir que el “comportamiento” del aparato que estábamos construyendo debería ser una respuesta a las condiciones del ciclista, pero además de informarle acerca de datos que contribuyan para su seguridad, nos interesaba que este aparato pudiera servir como una herramienta de expresión y sociabilidad. Así, este dispositivo debería ser capaz de informar si otros usuarios están en las cercanías, en caso quisieran compartir de sus trayectos, pero también en casos de que otros ciclistas necesiten de ayuda. Pero también debería hacer posible que el ciclista pudiera comunicarse con otros tan solamente por luz. Además, ¿por qué no hacerlo también funcionar como una brújula, que pueda apuntar la ruta para lugares de interés, como un taller de bicicletas, o una cafetería?

Así nació Bicilumen. Para obtener tal variedad de comportamientos, diseñamos el dispositivo de luz de modo que se conecte a una aplicación de smartphone, que gestiona el patrón de la luz emitida. El dispositivo está hecho con tecnologías abiertas (tales como Arduino), y usa una variedad de sensores (acelerómetro, giroscopio) para monitorear el estado actual del ciclista. Si los sensores registran una caída repentina, Bicilumen “interpreta” que el ciclista tuvo un accidente, y emite un aviso para otros usuarios, apuntando a ellos la dirección del incidente. En condiciones normales, Bicilumen funciona como un dispositivo de emisión de luz que ayuda a un ciclista a permanecer visible en las calles. Los patrones de luz pueden responder a otros sensores conectados al smartphone, como aparatos de monitoreo de frecuencia cardíaca, para que el comportamiento de la luz emitida por Bicilumen sea único. El ciclista también puede definir Bicilumen para informarle sobre otros ciclistas que se encuentren cerca, para que pueda conocer nuevas personas y compartir rutas. Cuando en grupos, como ocurre con las luciérnagas, todos los dispositivos Bicilumen intentan sincronizar sus patrones de luz, generando comportamientos colectivos y así una exhibición única. Además, Bicilumen puede servir como una brújula, apuntando la dirección para puntos de interés programados en la aplicación del teléfono inteligente.