II Festival de Arte e Tecnologia de Atibaia
Incubadora de Artistas

Curaduria: Paloma Oliveira e Josy Panão

Artistas:
Thiago Hersan
Mateus Knelsen
Juliana França
OHMS (Dado Sutter, Mariana Salles, Antonio Lutfi)
Paloma Oliveira

Producción: Cybelle Oliveira

GitHub
Catálogo

¿Cómo la tecnología nos afecta y puede volverse más sensible en nuestras relaciones cotidianas? ¿Qué lugar ocupa en nuestras vidas? Y lo que el arte tiene que ver con todo eso?
Además de ocupar un lugar concreto en la realidad, la tecnología puebla y, muchas veces, tumultua nuestro imaginario, alcanzando directamente nuestros cuerpos, que parecen amortiguados ante tantas variaciones y velocidades de transformaciones, inquietudes y fabulosas creaciones. Sus dispositivos ofrecen cada vez más posibilidades de reinventar y recrear relaciones con los demás y con el mundo que nos rodea.

El recorrido propuesto por la curaduría de Josy Panão y Paloma Oliveira es una invitación para una inmersión afectiva en el mundo de la tecnología, una reflexión sobre cómo esas invenciones han modificado nuestra forma de actuar, de comunicarnos y de sentir el otro y nosotros mismos.
Los artistas reunidos en esa exposición establecen una conexión bastante cercana (y por qué no decir íntima?) Entre sus procesos creativos y la tecnología para, desde allí, hacer surgir sus poéticas y sus obras.

Los trabajos reunidos en este festival surgieron a partir de cuestionamientos sobre las herramientas tecnológicas y sus límites, que involucran no sólo los procesos poéticos de los artistas, sino también la forma como pueden convocar al público hacia dentro de esa atmósfera efímera, fluida e híbrida de creación.

Juliana França nos muestra que cuando la tecnología se suma a nuestros cuerpos, las matemáticas 1 + 1 = 2 no son necesariamente válidas y podemos tener un resultado más parecido a 1 + 1 = 3, nombre de la obra que presenta en este festival. No se trata sólo de una suma, sino del surgimiento de otro; un nuevo organismo se forma. Es de esa matemática confusa y poco precisa que nace el trabajo de la artista. A partir de la invención de extensiones corporales con materiales simples, nos hace repensar críticamente sobre la forma en que se ven afectados por los dispositivos que acoplamos a nuestros cuerpos, provocando una resensibilización de la relación cuerpo-tecnología. En este proceso, emergen cuestiones como: ¿qué queda después de la relación cuerpo-objeto-creación? ¿Cómo dejarse afectar por la tecnología? ¿Cómo reanudar su uso después de tener el cuerpo activado? Por 3 días Juliana ocupó la Incubadora de Artistas y convocó a los visitantes de la exposición a convertirse en co-creadores de 1 + 1 = 3.

Entre los contrastes del analógico y del digital, Thiago Hersan, con el trabajo XOXOXOLOLOLOL , problematiza la automatización de afectos en los ambientes de las redes sociales digitales, propone pensar sobre las relaciones que atraviesan, se intensifican o se desvanecen en esos medios. Thiago propone una nueva red social de afectos extendiendo sus besos sellados a los cuatro vientos del mundo «real» y «virtual», resignificando las formas de comunicación y de afectación que vienen de ese gesto (el besar).

¿Cómo sensibilizar la existencia ausente de alguien querido y fundamental en su vida a través de los rastros y fragmentos dejados en registros videográficos? ¿Cómo significar y resignificar la existencia de alguien a través de dispositivos tecnológicos? Esas son preguntas implícitas en los trabajos Gude y Dilema de un Fugitivo, de Mateus Knelsen. A partir de sus recuerdos de familia, casi siempre mediados por videos de archivos personales, el artista comparte e inserta al público en la fabulación que le permite crear otro tipo de relación íntima con su padre (una forma posible de experimentar en el presente su existencia ausente ). El público, ante los trabajos de Mateus, invade, interfiere, manipula y devasta paisajes íntimos oriundos de sus memorias y afectos.

OHMS (Our Home Maker Space), colectivo formado por Dado Sutter, Mariana Salles e Antonio Lutfi, hacedores inventores que actúan mucho más en el campo de las invenciones que en el ámbito de las reglas estéticas del arte. El trío rescata la ciencia de garaje, utilizando cualquier material que llega a sus manos, para desarrollar herramientas que posibiliten la creación de simuladores y de espacios lúdicos. Para esta edición del festival, crean Pared Invisible, una instalación interactiva que desmaterializa los cuerpos, transformándolos en ventanas mágicas que permiten ver a través de una pared. Es un juego entre el cuerpo del público, los dispositivos tecnológicos y las abstracciones binarias de la programación que revela lo que pasa del otro lado de la sala, desvelando un cierto deseo o fascinación voyeur.

Un matrimonio entre personas que no están en el mismo lugar: así es la performance El amor en los tiempos del código: una boda telemática de Paloma Oliveira y Mateus Knelsen. La presentación acompaña, transmite y conecta, en tiempo real, a los novios y a sus invitados a la hora del ¨si¨ de un matrimonio que ocurre entre ciudades separadas por 12.307,56km de distancia: Río de Janeiro y Ciudad de México.
Paloma y Mateus proponen una lectura de la afectividad mediada y de las burocracias en torno a la realización de esa ceremonia. La promesa de «conectividad total» de los dispositivos y de las redes, en la práctica, contrasta con los ruidos y limitaciones de sus funcionamientos. En paralelo, en un mundo de muchos desplazamientos y de telepresencia, sobre los que las estructuras burocráticas se mantienen desactualizadas pero siguen exigiendo certificados y presencias que ya no son cabales. A partir de una situación real de distancia, la pareja Mateus y Paloma propone una caricatura de este escenario, donde su matrimonio civil se realiza entre sus imágenes y otras personas ceden sus cuerpos como «soporte» para estas imágenes, para cumplir con las exigencias de un notario en la ciudad de Rio de Janeiro.
Paloma y Mateus reescriben su intimidad mediada por dispositivos electrónicos. De las (im) permisibilidades de la burocracia y de las redes, emergen cuestiones como: ¿qué cambia en los afectos en tiempos donde todo es mediado por el código de programación? ¿Qué relaciones son posibilitadas y transmutadas en el tránsito de la materia? ¿Qué hábitos se alteran con estas herramientas presentes en el cotidiano y en la intimidad de las personas? Los afectos siguen siendo los mismos ante una realidad mediada por los dispositivos telemático-tecnológicos?

En esta segunda edición del Festival de Arte y Tecnología de Atibaia, promovido por la Incubadora de Artistas, encontramos artistas-inventores-programadores que, además de cuestionar el funcionamiento y alcance de los dispositivos tecnológicos en las acciones y en el imaginario contemporáneo, nos permiten habitar un espacio potencialmente sensibilizado por la intervención artística, subvirtiendo, desplazando y poetizando el uso de esas herramientas en nuestro cotidiano.